Rubén y el hostal de los bohemios

Cuando llegamos a Isabela, luego de una navegación de 2 horas y media con olas de 2 metros, y todos mareados, nos encontramos con Rubén, con su camioneta, toda rota y oxidada, que hacía de taxi, donde se nos ofrece conseguir, alojamiento, bueno y barato, ahí partimos, los 4 no hace más de tres cuadras y se queda sin nafta, donde logramos llegar luego de varias paradas donde los vapores lograrán arrancar la camioneta, su humor jamás ceso.
Nos lleva a una posada que el dueño era un Texano, que tocaba la guitarra con otro personaje de la isla, cantando canciones del Che. Y decían que estaban componiendo canciones para grabar un CD.