Nuestro viaje a Ecuador por Guillermo

Ya pasaron unos días desde que llegamos, y los recuerdos se agigantan en mi memoria, y con la desaceleración uno comienza a reflexionar.

Como experiencia, debo decir que fue una de las mejores experiencias que tuve en mi vida, y debo atribuírselo al grupo que tuve la suerte de compartir en este viaje, porque uno puede estar viajando, por lugares maravillosos, y si no estamos con un buen grupo, quizás no disfrutemos de lo que tenemos por delante.

Cuando uno comparte muchos días, numerosos kilómetros realizados, por día, y transita por diferentes situaciones, lo normal es que o el cansancio, las diferentes circunstancias que uno pasa puedan producir cambios en las personas, esto si en algún momento paso nadie lo expreso, sino todo lo contrario, se busco crear una actitud positiva.

Siempre hubo respeto, cordura, camaradería, consenso, códigos pero lo más importante y fundamental que hubo fue humor y sano.

Otro éxito del viaje fue la organización, con un muy buen trabajo previo, a grandes rasgos las metas se fueron cumpliendo en tiempo y en forma. Hubo ritmo y prudencia al viajar, charlas donde comentábamos lo que nos había pasado en algún tramo y de eso aprendíamos todos.
Y también creo que hubo un toque de suerte, porque cuando transitamos tantos kilómetros por día nos encontramos más expuestos. Fueron entre 12.000 y 13.000 totales por distintos países, cruzando fronteras, montañas, arenamientos y pistas no tan buenas muchas veces donde las ciudades y pueblos nos envolvían con un tránsito desordenado y temerario.

Siempre voy a estar agradecido, a Roberto, Gonzalo, Orlando, y Pedro, por haberse jugado en invitarme a compartir este viaje junto a ustedes, por lo bien que lo pasamos, las charlas compartidas, las enseñanzas, que hicieron de momentos únicos e irrepetibles.

Pero lo mejor y más importante que me dejo este viaje fue a cuatro grandes amigos.

Guillermo (Pino)